Flexibilidad cognitiva

Estimulación Cognitiva

Flexibilidad cognitiva

Respuesta: F. La analogía es que dos elementos giren 180°, sin cambiar su posición dentro del conjunto.

Al resolver este ejercicio entrenaste las siguientes habilidades cognitivas:

La Flexibilidad Cognitiva o Flexibilidad Mental se puede definir como la capacidad que tiene nuestro cerebro para adaptar nuestra conducta y pensamiento a situaciones novedosas, cambiantes o inesperadas. En otras palabras, la flexibilidad cognitiva es la capacidad de darnos cuenta de que lo que estamos haciendo no funciona, o ha dejado de funcionar y, por tanto, debemos reajustar nuestra conducta, pensamiento y opiniones para adaptarnos al entorno y a las nuevas situaciones.

La capacidad de cambio, o “mental shifting” en inglés, es el principal componente de la flexibilidad cognitiva. Tanto es así, que a menudo son tratados como un mismo concepto. No obstante, la flexibilidad cognitiva se refiere a la capacidad de adaptarnos al cambio, mientras que el “mental shifting” se refiere al proceso por el cual nos adaptamos a dicho cambio.

La flexibilidad cognitiva tiene un papel relevante en el aprendizaje y capacidad de resolución de problemas complejos. Nos permite seleccionar la estrategia que debemos llevar a cabo para adaptarnos a las diferentes situaciones con las que nos vamos encontrando. Nos ayuda a captar la información del ambiente y responder de forma flexible, ajustando nuestra conducta a los cambios y exigencias de la situación.

La atención se puede definir como la capacidad de seleccionar y concentrarse en los estímulos relevantes. Es decir, la atención es el proceso cognitivo que nos permite orientarnos hacia los estímulos relevantes y procesarlos para responder en consecuencia. Cabe destacar que la atención no es un proceso unitario, sino que existen distintos tipos de atención. Como se puede intuir por la propia definición de atención, esta capacidad cognitiva es de gran importancia, pues la usamos a diario. Afortunadamente, podemos mejorar la atención con un plan adecuado de entrenamiento cognitivo.

En resumen, se puede decir que la atención es una capacidad que nos sirve para crear, guiar y mantener nuestro cerebro activo de manera que podamos procesar correctamente la información.

La inhibición o control inhibitorio podría definirse como la capacidad del ser humano para inhibir o controlar las respuestas impulsivas (o automáticas), y generar respuestas mediadas por la atención y el razonamiento. Esta habilidad cognitiva forma parte de las Funciones Ejecutivas y contribuye a la anticipación, planificación y al establecimiento de metas. La inhibición o control inhibitorio pone freno al comportamiento y detiene las reacciones automáticas inapropiadas, cambiándolas por una respuesta más razonada y más adaptada a la situación.

El Dr. Russell Barkley propuso un modelo de autoregulación del comportamiento donde el control inhibitorio era la base para buen funcionamiento del resto de funciones ejecutivas del cerebro. El control inhibitorio es básico para la flexibilidad mental, el control de la impulsividad o de las interferencias, la memoria de trabajo, y la regulación del afecto y de las emociones, etc. Un déficit en la capacidad de inhibición es el problema principal de trastornos como el TDAH. El déficit de inhibición se puede manifestar en tres niveles diferentes:

Las estructuras frontales del cerebro son las últimas que terminan de madurar durante nuestro desarrollo, por esto es común ver cómo los niños más pequeños tienen dificultades para controlar su propia conducta y no manejan bien los imprevistos. Les cuesta inhibir las actividades iniciadas. Conforme vamos creciendo, si no sufrimos disfunciones específicas, nuestra capacidad inhibitoria va incrementando hasta desarrollarse completamente.

La inhibición es una de las funciones cognitivas que más utilizamos en nuestro día a día. Es la forma que tiene nuestro cerebro de corregir cualquier tipo de conducta. Gracias a la inhibición callamos algo que pensamos que es mejor no decir, conseguimos mantenernos sentados en la silla atendiendo en clase, estudiando en casa o trabajando en la oficina a pesar de las ganas que tengamos de levantarnos, o conseguimos corregir la trayectoria que tomamos con el coche porque otro vehículo se ha metido en nuestro carril sin previo aviso. Nos permite reaccionar ante situaciones imprevistas o de riesgo y adaptarnos a ella. De este modo, una buena inhibición puede favorecer mejores comportamientos y notas en ámbitos académicos, más eficiencia en el trabajo, mayor seguridad vial y unas mejores relaciones personales.

El rastreo visual es una función de la percepción visual dirigida por la atención que nos permite detectar y reconocer estímulos visuales. Cuando queremos encontrar algo en nuestro entorno, se lleva a cabo por una cadena de procesos interrelacionados:

Si se altera cualquiera de estos procesos, seremos incapaces de encontrar nada mediante la visión, ya sea porque no demos con el estímulo (mala atención), no distingamos el estímulo del resto del entorno (mala percepción), no reconozcamos el estímulo como tal (mal reconocimiento) o no hagamos unos movimientos oculares adecuados (mala exploración visual).

La práctica y el entrenamiento cognitivo puede mejorar nuestro rastreo visual.

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Estimulación Cognitiva para Adultos